¿Abolió Jesús la Torá?
A menudo se escucha en muchos cristianos decir esta expresión: "ya no estamos bajo la ley", o "estamos en un mejor pacto", pero si se les preguntara qué entienden por "no estar bajo la ley" o por un "mejor pacto", es bien sabido que la respuesta no es tan convincente escrituralmente como parece. Son palabras que se repiten una y otra vez sin un discernimiento cabal de las Escrituras, palabras que se les ha enseñado a los feligreses como escudo contra aquellos que están a favor de estas verdades. Pregunto ¿será que todos los mandamientos y preceptos de la Tora, están totalmente anulados? ¿Vino Jesucristo a cambiar y a modificar los mandamientos? Qué dice usted. Le invito a buscar sus respectivas respuestas en el Libro de los libros
· JESUCRISTO NO CAMBIÓ LOS MANDAMIENTOS
Jesucristo no vino a implantar o enseñar una nueva religión, sino más bien a mostrarnos el verdadero camino al Padre (Jn. 14.6) el cual muchos Israelitas habían extraviado. Por esa razón es imposible que Jesucristo haya venido enseñando lo contrario a su Padre.
Iniciaremos nuestra verdad bíblica con unos versículos tan discutidos hoy en día:
«No penséis que he venido para abrogar la ley; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; más cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entrareis en el reino de los cielos» (Mt. 5.17-20).
Como podemos ver, estos pasajes son sumamente claros, pero no todos lo ven así. En él encontramos la respuesta a la pregunta de nuestro título. Jesucristo mismo nos enseña que Él no tenía en mente, ni por un instante, abolir la Tora, sino más bien, llevarlas a su cumplimiento. Ahora bien, para entender mucho mejor ¿qué es «abolir»? vamos a consultar el diccionario de la Lengua Española, y veremos el significado real de esta palabra:
Abolir: derogar un precepto o costumbre.
Derogar: abolir anular una cosa establecida como ley o costumbre.
Como podemos notar, abolir es "derogar un precepto o una ley establecida". Por otra parte, debemos de saber cuál es el verbo griego que se usa para la palabra «abolir». En griego es katalúo que significa 'abrogar', 'alojar', 'derribar', 'deshacer', 'destruir', 'desvanecer'. Al ver estas definiciones nos volvemos a preguntar ¿cómo dicen algunos que la Tora ya no está vigente? ¿Podría ser una interpretación correcta? Claro que no.
Por otra parte, si Jesucristo no vino a dejar sin vigencia, sino a cumplir, debemos de saber ahora cuál es el significado de la palabra «cumplir». El verbo griego para tal palabra es pleróo que tiene como connotaciones: 'perfecto', 'rellenar', 'suplir', 'terminar', 'lleno', 'llena', 'atestar', 'al cabo', 'completar', 'completo', 'completa', 'cumplidamente', 'cumplir'. ¿Qué nos quiere decir todo esto? Que nuestro Señor no traía una nueva Tora, ni mucho menos una nueva religión, ni venía tampoco sólo a cumplir, a manera de obedecerla solamente, sino más bien a completar, dando el correcto sentido de esta palabra. No olvidemos que Él era la Palabra o la Tora hecha carne (Jn. 1.14), por lo cual nos trajo la correcta luz en relación a estas, y con aquella luz mostró el propósito real de la Tora, dar el conocimiento del pecado en su totalidad (Ro. 4.15).
En relación a esto veamos como algunas versiones de las Escrituras arrojan clara luz sobre el pasaje de Mateo 5.17:
«No crean ustedes que yo he venido a suprimir la ley o los profetas; [y] no he venido a ponerles fin, sino a darles su pleno valor».[1]
«No vayan a creer que vine a anular la ley de Moisés y las enseñanzas de los profetas. Al contrario, vine a cumplirlas y a darles verdadero significado».[2]
«No piensen que he venido para destruir la ley de Moisés o la enseñanza de los profetas. No he venido para destruirlas, sino para darles completo significado».[3]
Como pudo notar, estas versiones claramente traducen el sentido exacto de que Cristo no vino a dejar sin vigencia la Tora, sino a darle su real sentido. Jesucristo habló de mandamientos y el que las enseñaba y hacía ese será llamado grande en el reino de los cielos. Estos mandamientos, por supuesto, no están en ningún otro lugar, sino en la Tora. Por lo tanto, la invitación de Cristo no es sólo "amar a Dios y al prójimo" (Mc. 11.30), mandamientos que resume la ley, y que además se encuentra en ella, sino que a demostrar ese amor en detalle, guardando todos los mandamientos de Dios, veamos:
«Al salir él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios. Los mandamientos sabes: No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre» (Mc. 10.17-19).
Por cierto, estos mandamientos que Jesucristo refiere al joven rico, están registradas en la Tora (Ex. 20.1-17). Jesús claramente nos enseña a guardar los Mandamientos, estos no eran suyos propios sino los que su Padre desde antes ya había estipulado. Vea como Jesucristo enseña al respecto:
«Porque si creyeseis a Moisés, me creerías a mí, porque de mí escribió él. Pero si no creéis a sus escritos, ¿cómo creeréis a mis palabras? (Jn. 5.46, 47).
Evidentemente que si no creemos a lo que Moisés escribió, menos aún creeremos que los mandamientos que Jesucristo enseñó son los mismos del Sinaí. Eh aquí la gran importancia de saber que los mandamientos de Jesucristo, son los de su Padre, pues el Hijo nada hace sin que su Padre se lo ordene (Jn. 5.19).
Ahora surge una pregunta de mayor importancia, ¿qué es lo que sucede cuando Jesucristo expresa «pero yo os digo»? Muchos dicen que es porque Jesucristo está dejando sin vigencia los mandamientos de la Tora, ¿es cierto eso? Veámoslo.
Primero, no es posible que Jesucristo tomara una posición contraria a estos mandamientos establecidos en la Tora. Para comprender bien las palabras del Maestro, debemos de fijarnos en el contexto y la introducción que Él hace para comenzar a tratar temas en relación a la Tora. Note que en el pasaje de Mateo 5.20 Jesucristo dice: «... si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos». Es decir el asunto del cual tratara más adelante es el de la «justicia» la cual cada hijo de Dios comenzará y deberá practicar en el nuevo régimen que es el Espíritu de Dios (Ro. 8.4). No es que Jesucristo esté anulando el mandamiento, sino que los está llevando a su máxima expresión espiritual, evidentemente es que si andamos en el Espíritu, no maldeciremos a nuestro hermano, por lo tanto menos podremos matar. Esto en relación a lo siguiente:
«Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego» (Mt. 5.21, 22).
Ahora bien, recuerde como es que Jesucristo comenzó este sermón diciendo: «si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos». Es decir, el punto aquí radica en la justicia del individuo, todos los que somos hijos de Dios guiados por su Espíritu, nuestra justicia debe ser mayor que la de solamente «no matarás», sino que debe llegar al punto de no enojarnos con nuestro hermano y tratarlo de necio o fatuo. Esa es la «justicia» de la cual Cristo viene enseñando, no que Él haya abolido el mandamiento, sino que ahora por medio del nuevo régimen en el Espíritu la «justicia» alcanza un grado mucho más alto. Lo notó.
· PASAJES QUE PONEN FIN A LA TORA
Dentro de la teología cristiana se ha enseñado que con la muerte de Jesucristo la ley de Dios (Tora) quedó sin vigencia y que pasó a formar parte de un Antiguo Testamento o Pacto, y que, tanto judíos como gentiles, deben dejar de observarla, pues la salvación no es por obras de la ley. Quiero compartir algunos versículos que, aparentemente, dan por terminada la ley de Dios.
«Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree» (Ro. 10.4).
Según la teología cristiana, Jesús vino a cumplir la ley por nosotros, ya que según la excusa nadie puede cumplir la ley, y que desde ese momento, es decir, después del gran sacrificio hecho en el calvario, el tiempo de la gracia comienza.
La palabra griega que se utiliza aquí para fin es telos, suele traducirse en 36 de 42 ocasiones como: 'resultado', 'objetivo', 'propósito', solo 5 veces se traduce como 'fin' o 'término', claro está que la traducción de la RV 1960, es tendenciosa, pues quiere que el lector entienda que la ley no está vigente después de Cristo.
Vemos un ejemplo de esto:
En Santiago 5.11b está escrito: «Habéis oído la paciencia de Job, y habéis visto el fin (telos) del Señor, que el Señor es muy misericordioso y piadoso». (Énfasis agregado).
Si usamos el mismo criterio que se utiliza para interpretar el pasaje de Romanos 10.4, deberíamos entender que el señor ¿tiene un fin? ¿El señor se terminará, se acabará, no habrá más un Dios eterno? Claro que no. A simple vista usted puede darse cuenta que debemos ser objetivos y no prejuiciosos a la hora de interpretar pasajes como este. Entonces ya no es verdad que Jesús por cumplir la Tora la dejó abolida, sobre todo cuando Él mismo dice: «No penséis que he venido para abrogar la ley y los profetas...» (Mt 5.17).
Veamos otro ejemplo:
En 1 Pedro 1.9 dice: «obteniendo el fin (telos) de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas». (Énfasis agregado).
Aquí telos se traduce como fin, una honesta comprensión de este verso nos diría que fin (telos) en realidad es un 'objetivo' o un 'propósito', sin embargo ¿por qué cuando leemos en Romanos 10.4 la palabra 'fin' nadie entiende ese pasaje como un 'objetivo' o un 'propósito'? Claro está hemos estado condicionados teológicamente durante siglos.
Por lo cual, una traducción totalmente correcta es la siguiente:
«Porque el propósito de la ley es el Mesías, para justicia a todo el que cree.».[4]
¿Qué es lo que nos quiere decir este texto entonces? Que el propósito de la entrega de la ley (Tora) es llevarnos a Jesucristo. El Shabát, y todos los mandamientos morales contenidas en la ley nos muestra y nos lleva hacia el Mesías, ¿con esto anulamos la Tora? En palabras de Pablo, en ninguna manera, la confirmamos. Es decir, confirmamos que los mandamientos de la Tora son buenos, aún más cuando su objetivo es llevarnos al Mesías y por lo tanto ser como Él.
Uno de los pasajes, de tantos de los que citan, para señalar a Jesús como causante de una nueva religión, o como el causante de una época de dispensación llamado la gracia es el que se encuentra en el Evangelio de Juan, y es el siguiente:
«Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.» (Jn. 1.16, 17).
¿Qué es lo que leemos aquí? Que de su plenitud (su muerte, méritos, enseñanzas, etc.) tomamos gracia, (misericordia), ¿quiere decir que con Moisés, no tenía Israel gracia? De ninguna manera, pues este mismo texto dice: «... de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia». Es decir, en Jesús tomamos gracia (misericordia) sobre la gracia, que ya existía, la gracia que hallamos en la Tora y en los profetas, que Dios le dio a Israel. Por lo tanto en Jesús, se alcanza una mayor gracia, pues su muerte se suma a la gracia existente antes de su venida.
De hecho cuando Israel recibió la Tora en el Monte Sinaí, uno de los fundamentos principales de la entrega de esta, fue la gracia (misericordia):
«Y Jehová descendió en la nube, y estuvo allí con él, proclamando el nombre de Jehová. Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación» (Ex. 34.5-7). (Énfasis agregado).
Así que la gracia, ha estado presente siempre, y en Jesús, se suma la gracia de sus méritos a la gracia del pacto de la entrega de la Tora a Israel. Pero ¿qué sucede cuando dice: «... pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo»? ¿No había gracia en la Tora? Claro que sí, ya lo hemos visto. ¿No había verdad en la Tora? Claro que sí, en Salmos 119.142 dice: «Tu justicia es justicia eterna, y tu ley la verdad».
El problema con estos pasajes de Juan está con la palabra que traduce la Reina Valera como 'pero'. Según el diccionario del griego del Erudito Strong, dicha palabra es un artículo definido, como: 'el', 'la', 'lo' veamos:
"jo" incluido el femenino "je" y el neutro Tó tó en todas sus inflexiones; artículo definido; 'el', 'la', 'lo' (a veces suplido, otras veces no, en el español):- cosa, el, ese, quien, uno.
Así que la palabra griega "jo" que en la RV se traduce tendenciosamente como 'pero', en realidad se debe traducir como 'la', pues como ya vimos, en Jesucristo, la gracia y la verdad se suman, a la verdad y a la gracia existentes en la Tora. Por lo tanto se debería traducir así:
«Porque de su plenitud tomamos todos; es decir, gracia por gracia, pues la ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad fueron hechas por medio de Jesús el Mesías».[5] (Énfasis agregado).
Por último, la gracia y la verdad de Jesucristo, no son cosas distintas de la Tora, sino que, de la misma Tora, pero en su máxima expresión, pues Jesús es la palabra viviente (Jn. 1.14).
[1] Dios Hable Hoy 1994.
[2] Biblia al Día 19979.
[3] La Palabra de Dios Para Todos 2008
[4] La Biblia Textual 3ª edición 2010.
[5] La Biblia Textual 3ª edición 2010.