El gran misterio del Sábado
La epístola a los Hebreos, en sus capítulos 3 y 4, contienen un valioso mensaje para los cristianos de hoy; pero por su profundización teológica que subyace en sus textos, se necesita de sanos principios hermenéuticos para no perder las riquezas de sus significados. Esto es válido para toda la epístola, debido a que se utiliza mucho material veterotestamentario para validar profundos significados. Por ejemplo, debe de observarse en sus textos palabras que contienen más de un significado válido. No me refiero a las innumerables interpretaciones alegóricas que podrían hacerse de muchos pasajes, sino a la pluralidad de sentidos de algunos de ellos. Además del que hubo en la propia mente del autor, existe otro sentido, más hondo, que estaba en la mente de Dios, y que sin contradecir el primero, lo trasciende, como se pone de manifiesto al examinar textos antiguos a la luz posterior de una revelación progresiva. Es lo que se ha denominado sensus plenior de la Escritura. Por ejemplo, el texto de Isaías 7:14, relativo a Emanuel, se refería evidentemente a un acontecimiento próximo a la profecía. Pero el alcance pleno de su significado lo vemos en la perspectiva mesiánica que nos ofrece el Nuevo Testamento. (Mt. 1:23).
Esta característica de algunos pasajes bíblicos es un poderoso acicate para profundizar en el análisis hermenéutico de cualquier texto de la Escritura. Sin embargo, un abuso del sensus plenior nos puede conducir a errores. Eso es lo que el catolicismo, abusivamente, ha hecho con algunos textos. Pues les hace dar un desarrollo continuo, que visto a la luz del conjunto de las Escrituras, no tienen una correlación perfecta. Son ideas disparatadas que nada tienen que ver con el propio texto.
Al tener este principio hermenéutico en nuestra exégesis de los capítulos 3 y 4 de Hebreos, no podemos perder sus más mínimos detalles. Veamos, pues, el mensaje que contienen los capítulos indicados.
Antes de adentrarnos y examinar sus textos, quiero que tome en cuenta la palabra «reposo». El autor de esta carta utiliza la palabra reposo en el sentido más pleno de lo que conocían los antiguos en la trama de la historia. Usted observará que él utiliza esta expresión en cuatro sentidos: "para referirse a la tierra de Canaán", "para el reposo espiritual", "para el reposo sabático", y "para el reposo futuro". Es sumamente importante que tome nota de ello para no confundirlos el uno con el otro.
En el capítulo 3 versículos 7-19, se nos habla de una historia dramática de aquel pueblo que Dios había sacado de Egipto. Este argumento utilizado por el autor tiene un gran valor histórico y teológico. Los hebreos conocían perfectamente este episodio sucedido en la historia, pero desconocían el carácter teológico de lo sucedido. El autor trata de revivir esta historia y la pone de ejemplo para darle vivacidad a su apremiante mensaje, ya que es el cuadro perfecto de lo que estaba sucediendo en su tiempo. Es interesante observar que él hace hincapié sobre tres palabras fundamentales: "reposo", "oír", "incredulidad". El tema central de su mensaje es el "reposo de Dios".
Dios había prometido darle a su pueblo un reposo, en este caso, Canaán. Canaán era para el autor sinónimo de reposo. Pero debido a la dureza del corazón del pueblo, Dios juró en su ira, «no entrarán en mi reposo». El pueblo al cual el autor escribe su carta estaba cayendo en la misma situación de aquel pueblo que Dios había sacado de Egipto. Por ese motivo el autor encuentra en esta historia el más vívido ejemplo de lo que puede pasar al descuidar esta nueva oportunidad.
En el capítulo 4 versículos 1-3 encontramos la siguiente figura del reposo, el espiritual, de donde a continuación viene la advertencia, «Temamos, pues, no sea que permaneciendo aun la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado». Así como el pueblo que Dios había sacado de Egipto, no pudo entrar en su reposo por causa de la incredulidad, lo mismo puede pasar en este siguiente reposo. Lo maravilloso es que esta promesa sigue abierta desde la época de Canaán, David y hasta la época actual.
Cuando Dios le había prometido al pueblo el reposo, no solamente se refería a la entrada de Canaán, como veremos, el reposo en la mente de Dios tenía un significado más profundo de lo que solamente aquellos que tuvieron fe pudieron haberlo contemplado. Ese es el significado teológico que subyace en el reposo prometido. Y, en la actualidad, solamente lo podemos disfrutar quienes tenemos fe. Pero esto es sólo la otra parte, no un fin. Vemos, pues, que en el pensamiento del autor, el reposo va adquiriendo un matiz sumamente importante.
El versículo 3 del capítulo 4 pareciera tener tres cláusulas no muy relacionadas, como si su argumento estuviera perdiendo su vigor, pero no es así. Él dice: «Pero los que hemos creído, entramos en el reposo». Si bien es cierto, que los que hemos creído gozamos de ese reposo espiritual, también los que se mantienen creyendo lograrán entrar al siguiente reposo, el futuro. Este pensamiento se refuerza en su lado contrario. Aquellos que Dios había sacado de Egipto, los que no creyeron, no pudieron entrar por causa de la incredulidad, a estos, Dios les juró en su ira «no entrarán en mi reposo». La advertencia sigue estando en pie en este mismo lado espiritual.
Aunque las obras de Dios estaban acabadas desde la fundación del mundo. Para confirmar este pensamiento el autor cita Génesis 2:2 en donde se encuentra la tercera figura del reposo, «porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día». Esta idea de citar este versículo, el autor no está mostrando su ignorancia. Ya Dios había reposado (tiempo pasado), es cierto, pero la promesa seguía vigente al igual que la sentencia. Por eso pasa a demostrar, « otra vez aquí: No entrarán en mi reposo» (tiempo futuro). Recuerde que esta cita tiene implícita la otra figura del cuarto reposo, el futuro. Es decir, que así como sucedió allá, que no pudieron entrar por causa de la desobediencia, aquí tampoco se logrará si se persiste con el corazón obstinado. Por eso el autor sitúa aquella figura al tiempo presente, «y otra vez aquí: No entraran [futuro] en mi reposo». Esta composición literaria pone de manifiesto que el reposo, en el inicio de la historia, no fue un caso cerrado, como para pensar que el reposo solo fue histórico y que no tenía un alcance profético. Aunque Dios ya ha dejado de obrar, su voz sigue resonando todavía con «otra vez determina un día: Hoy». Quizá se pregunte, porque la idea del autor de citar el texto del salmo 95.11 con el de Génesis 2.2. A nosotros quizá nos cause asombro, pero ellos sabían de lo que el autor estaba hablando. El sustantivo hebreo equivalente a "descanso" en el Salmo 95:11 es menukjá y es diferente del verbo "descansar" de Génesis 2:2 (sábbat) pero la LXX o, Septuaginta, una traducción que era muy usada por los apóstoles, utiliza en ambos casos la palabra derivada de la misma raíz griega "katapausis" (Salmos 95:11) y "katapauó" (Génesis 2:2) de ahí que el autor encuentre en el texto del Salmo una base para su interpretación. Él sostiene que lo que se les prometió a los hebreos no fue palestina, sino una participación en el descanso propio de Dios tras la creación. Es este reposo el que domina todo el discurso del autor.
A pesar de que Josué entró aquella nueva generación a la tierra prometida, es decir, al reposo, no era en verdad, por así decirlo, el verdadero reposo. El reposo que Dios tenía en mente darle a su pueblo tenía un significado más profundo, que el simple hecho de entrar a la tierra. Aquí vemos, pues, la pluralidad de significados que el autor le da al reposo de Dios. Él no solamente mira el reposo como un acontecimiento histórico, sino, también, en su sentido más pleno, el profético. Por eso va concluyendo su mensaje con una nota muy interesante, «porque si Josué les hubiera dado el reposo, no hablaría después de otro día». Esto significaba que, a pesar de que Josué introdujo a la nueva generación a la tierra prometida, no era en verdad el reposo que estaba en la mente de Dios.
Josué no pudo darles el verdadero reposo. Es cierto que ellos entraron a la tierra, pero este hecho sólo era una figura de lo que significaría ahora y, de lo que será después.
El versículo 9 del capítulo 4 es el pasaje más controversial de todo el mensaje que el autor nos ha expuesto. Él hace una transición que pareciera no tener coherencia con todo su argumento. Por esa causa, los traductores de nuestras Biblias varían en cuanto a su traducción. Por ejemplo, el autor en su mensaje viene hablando de un reposo de Dios con una palabra muy distinta de la que aquí se refiere. Él viene hablando del reposo con la palabra griega katapausia, pero aquí él utiliza un neologismo (préstamo) hebreo con su sufijo griego, sabbatismos. El cambio es brusco, por cierto, pero la idea de su mensaje no ha perdido su vigor. Se mantiene en el mismo nivel, pero con un grado de transición escritural, y, es precisamente aquí, en donde encontramos la idea central de su enseñanza. Recordemos que en todo el camino de su exposición viene hablando de un reposo (katapausia) al cual hacía referencia a la tierra Canaán, pero esto únicamente le sirvió de figura para darle mayor vivacidad a su mensaje, ya que el ejemplo ilustrado contenía todas las figuras de lo que estaba sucediendo en aquella época en que se escribió la carta: incredulidad, apostasía, más interés en lo terrenal que en lo espiritual, etc. A medio cuerpo de su mensaje vemos que él se remitió a lo que en el principio de la creación había sucedido: Dios había dejado ya de obrar. Que, como dijimos, no era una ignorancia de su parte al referirse a ese principio, sino que los estaba llevando a comprender el verdadero reposo. Ahora él ya no se refiere únicamente de lo que aconteció con el pueblo de Israel, sino de algo más, de lo que había acontecido en el principio de la historia. Al referirse a ello, estaba reforzando su argumento para demostrar el verdadero reposo del cristiano. Así como el pueblo de Israel, en su nueva generación, había entrado a la tierra prometida, pero que no era el verdadero reposo, así es el reposo que el pueblo de Dios, en la época de los hebreos, tenía al ser guardado. El día de reposo, desde un principio, ha tenido y sigue teniendo, un carácter teológico y escatológico que del simple hecho de ser guardado en el día de hoy. Aquel reposo que, desde un principio fue establecido por Dios, es un reposo que se basa en una obra finiquitada (completa) tal como el reposo que Dios tomó tras terminar su creación. Es decir, que no es un reposo inacabado, incompleto, sino total. Lo que hoy se hace al guardar el día de reposo, es un mero reflejo escatológico de lo que se disfrutará en el tiempo final. Los hebreos no deberían pensar que con guardar este día tenían asegurada la promesa de entrar a ese reposo. Pero esto no significaba que el reposo de Dios se había perdido en el horizonte de la historia. Esto tenía un significado más pleno, por eso la voz de sentencia y promesa sigue todavía en pie.
Veamos, pues, el punto central y culminante de la exposición que hace el autor: «Por tanto». Esta palabra tiene mucho significado. En gramática griega significa "sacar una conclusión". El autor pasa a decir con esto que todo lo que á expuesto tiene una causa. Parafraseando estas palabras pueden decirse así: "por esa razón" o "por esa causa", o "por todo lo que les he escrito": «queda, por tanto, guardar el reposo para el pueblo de Dios». (Esa sería una mejor traducción). La pregunta es ¿qué quiso decir el autor con esto? Si la palabra sabatismos significa "guardar el reposo" ¿por qué el autor manda que lo guardemos? Esto lo podemos entender claramente pasando al versículo siguiente, puesto que el autor está tratando de decir con esto que, al guardar el día de reposo, se está participando ya del verdadero reposo de Dios. Por eso, la expresión de esta cláusula es muy distinta a la de todo su mensaje, pero no pierde la relación de su argumento. Aquí, para "reposo", utiliza, como dijimos, el sustantivo griego sabbatismos que significa "guardar el reposo". Sin embargo, los traductores de nuestras Biblias no siguen la secuencia correcta de esta expresión, puesto que la mayoría está en prejuicio del sábado y porque se cree que el autor viene hablando del reposo futuro. Aunque es cierto, él viene hablando de ello, pero aquí no se refiere a esto. La mayoría de traducciones bíblicas tuercen el texto traduciéndolo de esta manera: «Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios». (R.V 1960, entre otras) Este versículo no da la idea para traducirlo de esta manera, puesto que todavía el autor no ha cesado su mensaje. Esta idea viene después concluyentemente. Pero aquí, él está expresando que este reposo sabático, al ser guardado, al ser obedecido, presagia lo que verdaderamente nos espera en el futuro. Por eso, sigue su oración utilizando en su expresión la conjunción subordinante "porque". Esto indica continuidad y enlazamiento, "Porque el que ha entrado en su reposo [literal], también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas. ¿A qué reposo se estaba refiriendo entonces el autor cuando dice "porque el que ha entrado en su reposo"? No cabe la menor duda que él se refiere al reposo sabático descrito en el versículo 9, puesto que él no interpreta el reposo de una única manera, él le da el sentido más pleno: el reposo que está en la mente de Dios. Pues al guardar el reposo, también reposamos de nuestras obras, como Dios de las suyas. Esto tiene un significado muy profundo. A veces se torna difícil comprender este versículo si no traemos una secuencia correcta de todo el mensaje. Observe muy bien que el autor vuelve a tomar la misma frase que aparece en el versículo 3 del capítulo 4, en donde lleva a sus lectores a pensar que, al haber creído, ya estaban participando del verdadero reposo. Sólo que allá únicamente lo utiliza de referencia, pero aquí, lo da ya como un hecho real. Su sermón está siendo muy enriquecido, puesto que al reposar el sábado (literal) entramos ya a las puertas de un reposo eternal, así como Dios de las suyas. Recordemos una vez más lo que decíamos del sensus plenior. Una palabra puede tener una pluralidad de sentidos admitida por la misma autoridad de la Escritura. Esto es lo que, precisamente, hemos encontrado en este mensaje. El versículo 10 no debe ser interpretado de forma unilateral, sino de una forma plurilateral.
El que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas" admite una interpretación plural, pues está entrelazada con el versículo 9 en donde se nos manda a "guardar el día de reposo". El que ha entrado en su reposo, sabático, espiritual, ha entrado ya al reposo acabado, total. El dejar de obrar en sábado, es en un reflejo de dejar de obrar de pecado y un reflejo del reposo futuro. Ambas interpretaciones son admitidas. El carácter teológico de este magno evento es tan profundo que refleja toda la gloria de un reposo escatológico. Por eso, suena absurdo cuando nuestras Biblias traducen el versículo 9 de esta manera: "Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios". Pues no se le da continuidad a la oración, se la da por terminada. Esto es incorrecto, porque el autor enlaza la cláusula con la siguiente oración usando la conjunción "porque".
Observe como fusiona esta oración al traducirla correctamente: "Queda, por tanto, guardar el reposo para el pueblo de Dios. Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas".
Ahora observe esta oración y note la incongruencia que existe al enlazar las dos oraciones. "Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas".
Note que en el segundo ejemplo, en la primera cláusula indica que queda o resta entrar en el reposo de Dios. En la segunda, indica que ya entraron en su reposo. ¿Cómo es posible que si todavía resta entrar a ese reposo, la siguiente confirme que ya entraron? Es absurdo que esto se traduzca de esta manera. La fluidez de la trama del sermón no ha perdido por nada la unión de su pensamiento.
Ahora note la conclusión: «Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia». Usted se preguntará, porqué menciona el autor aquí que procuremos entrar en aquel reposo, si el versículo que le antecede dice que ya entramos. Usted podría concluir que esto tiene relación con el versículo 9, porque en la Valera dice que resta entrar todavía. Esto podría argüirse (deducir), pero sería obviar el versículo siguiente, pues dice que ya entramos. Esto suena confuso a todo lo que el autor está tratando de expresar. Vemos, pues, que él concluye con la misma exhortación que desde un principio había tomado cuando empezó a disertar su mensaje. Es una nota muy predominante, porque el cristiano que no lucha por vivir una vida de obediencia y de santidad, cae en semejante ejemplo de desobediencia; como aquel pueblo al cual Dios juro, no entrarán en mi reposo.
A todo lo expuesto, queremos añadir otros comentarios de otras obras ajenas a esta, en donde usted puede darse cuenta que aún otros comentaristas ven estas verdades, pero a causa de sus prejuicios en contra del sábado, o por sus cosmovisiones teológicas, se desvían de la cuestión.
Con respecto al versículo 9 del capítulo 4, el "Comentario al Nuevo Testamento" de Wayne Partain y Bill H. Reeves dice al respecto: "la palabra reposo es distinta, en el texto griego, a la usada en 3.11, 18; 4.1, 3, 5, 10, 11. Aquí es "sabbatismós" y en los demás textos es katapausis. "Katapausis" significa sencillamente cesación de labor, o reposo en el sentido común. "Sabbatismós" es una palabra, con su sufijo griego agregado a una palabra hebrea. Indica literalmente la guarda u observancia del reposo [...] Hablando el autor de la carta a los hebreos, a gente bien acostumbrada a guardar el sábado mosaico, crea una palabra [sabbatismós] (observe como ellos desvían el v. 9) diciendo que ahora a los cristianos fieles nos queda un "sabbatismós" para nosotros...". Muchas veces esto se hace cuando uno no tiene el debido respeto hacia la Escritura. Cuando nuestra subjetividad se vuelve árbitro por encima de las Escritura es peligroso, porque la dejamos en segundo plano, hacemos meter nuestras ideas, nuestros pensamiento, en vez de que Ella saque a luz sus pensamientos.
Note lo que primero habían dicho, que "sabbatismos" significaba "guardar el reposo", lo cual es cierto, pero luego se desvían de la verdad diciendo que sabbatismós es lo que nos espera en el futuro, no a que tenemos que guardarlo. En contra de esto, ellos dicen al respecto: "los sabatistas modernos citan este versículo para afirmar que "queda un reposo" en el sentido de que debe el cristiano todavía guardar el séptimo día de la semana [...] El verbo "queda" (apoleipo) no quiere decir, "está en vigor todavía", sino que "está reservado" [...]" Aparentemente, esta argumentación pareciera tener cierta veracidad para aquellos que leen las Escrituras de manera superficial, pareciera ser verdad, pero no lo es; y es a esta clase de errores a la cual nosotros alzamos nuestra voz protestando a que volvamos a darle el lugar correcto a las Escrituras. Cuando nos acercamos a Ella con prejuicios nunca podemos ser sustentados, corregidos, instruidos, debido a que forzamos sus textos para que digan lo que nosotros queremos, en vez de que Ella diga lo que tiene que decirnos.
A lo dicho por estos comentaristas, decimos: que el verbo griego "apoleipo" ("queda")en este versículo está en voz pasiva, que significa "permanecer" "quedar" (Nueva Concordancia Exhaustiva de Strong al español con diccionario hebreo y griego) y está en tiempo presente del modo indicativo que da a entender, el modo de la realidad, es decir, expresa la certeza, constata los hechos reales, en otras palabras, se conoce muy bien lo que se está expresando. (Códigos Morfológicos de Robinson para Biblias interlineales). Sobre todo esto, es importante que también se vea el "aspecto" de la acción de un verbo que está en tiempo presente, lo cual muy pocos hacen notar esta característica, especialmente, en los comentarios. Para decirlo en palabras de José Antonio Septién con respecto al "aspecto" del verbo, él dice: "Esta importante noción no es fácil de entender debido quizá al hecho de que casi nunca se le menciona en las gramáticas tradicionales y también a la costumbre de pensar en el verbo en términos de quien y cuando de la acción. El genio del sistema verbal griego y español no sólo describe esto, si no la clase o aspecto de la acción. Por ejemplo, usted puede decir, "oré la noche de ayer" o "estuve orando la noche de ayer". La primera oración dice que solamente que en la noche anterior ocurrió un evento, si bien no es posible precisar la naturaleza de este tiempo de oración; si esto duró toda la noche o tan solo 10 minutos. La segunda muestra la acción de orar como un proceso, una acción continua, algo que tuvo lugar en un periodo de tiempo. La diferencia entre un simple evento y un proceso durativo es lo que señala el termino aspecto". (El Griego Bíblico al Alcance de Todos, páginas 92-96, Características del verbo presente de indicativo, apartado, el Aspecto).
El aspecto del verbo tiene, pues, tres modos característicos que deben ser vistos al momento de hacer nuestra exégesis bíblica: (1) El aspecto de la acción: interna o progresiva; (2) El aspecto de la acción: externa o concisa; (3) El aspecto de la acción: resultativa o completa. Podemos decir con toda certeza que el verbo griego "apoleipo" ("permanecer" "quedar") está relegada a la categoría externa o concisa, debido a que el verbo en este "aspecto" de la acción, el autor la presenta de manera concisa, de golpe, sin interés por su trama interna. Bajo esta característica, la acción del verbo también se la reconoce como "puntual" (recogida en un solo punto del tiempo) "momentánea", "instantánea", "indefinida". A sí pues, "apoleipo" ("quedar" "permanecer") queda bajo la categoría externa o concisa bajo el concepto "indefinido". Por esa razón la construcción gramatical de la oración es rica y fluye de manera precisa.
Con estas observaciones hacemos saber que las traducciones hechas por la Reina Valera, entre otras, no traducen la palabra correcta, pues la palabra "sabbatismos" la siguen traduciendo trayendo la misma secuencia de la palabra "katapausia". Algunas otras versiones traducen "sabbatismos" como "reposo sabático", "reposo santo", pero aún está muy lejos de la verdad. Si el autor de esta carta hubiese seguido hablando del mismo reposo, no hubiera utilizado la palabra "sabbatismos", sino la palabra "katapausia", como lo hacen entender algunas traducciones.
Nota
La palabra griega "sabbatismos", también era muy conocida por los hebreos. Pues, se deriva del verbo griego "sabbatizo" que significa "guardar el reposo". En la LXX este verbo es utilizado en Éxodo 16.30. En Levítico 23.32 también se encuentra el mismo verbo en su forma plural sabbatieite sabbatieite que significa "ustedes guardaran". Los traductores de la Reina Valera al encontrarse con esta definición tradujeron sabbatieite sabbatieite de esta manera "guardaréis vuestro reposo". En la septuaginta el verbo sabbatizo siempre es usado en relación a guardar el reposo (sábado). Los hebreos cuando se encontraron con esta palabra sabbatismos entendieron muy bien a qué se estaba refiriendo el autor, pues era una palabra muy conocida por la septuaginta. Sin embargo los traductores de nuestras Biblias no traducen de la forma correcta sabbatismos cundo lo hicieron cuando se encontraron con la misma definición en Levítico 23.32. Fred R. Coulter señala que "esta definición de la palabra griega "sabbatismos" es confirmada por otros trabajos históricos. 'Las palabras «reposo de descanso» se traduce del sustantivo griego sabbatismos, una palabra única en el Nuevo Testamento. Este término también aparece en Plutarco'. (Superset. 3 [Moralia 166a]) para la observancia del reposo, y en cuatro escritos cristianos post-canónicos que no dependen de Hebreos 4:9" (Diccionario de Bíblico Anchor, vol. 5, P. 856)."
A continuación, expongo algunas versiones de las Escrituras del pasaje de Hebreos 4:9, las cuales se acercan más al original griego.
Kadosh Israelita Mesiánica de Estudio: "Por tanto, queda el guardar el Shabbat para el pueblo de YAHWEH".
Nuevo Testamento de la Escritura del Nombre Verdadero: "Queda, por tanto, un guardar del Shabát para el pueblo de אלהא".
R.V. 1865 Local Crurch bible Publishers: "Así que queda el sabatismo para el pueblo de Dios".
Sagrada Escritura Versión Antigua R.M. Stendal (1996): "Así que queda el sabatismo para el Pueblo de Dios."
Nuevo Testamento de Fred R. Coulter en su Orden Original: "Queda, por tanto, guardar el reposo para el pueblo de Dios".